Lo prometido es deuda: después de visitar Taberna y Media, era imposible no sentarme a escribir esta recomendación para disfrutar como nunca estas Navidades. Porque si estas fiestas buscas un lugar donde el espíritu navideño sepa a torrezno crujiente, huela a guiso lento y suene a brindis largo, entonces este templo del barrio de Ibiza-Retiro tiene tu nombre escrito en la puerta.
Taberna y Media no es una taberna cualquiera. Es el rincón donde José Luis Martínez detiene el tiempo, donde cada plato es un pedacito de su historia entre fogones, de sus madrugones en Casa Lucio, de sus aprendizajes con maestros, de su forma honesta y directa de entender la cocina. Aquí la tradición no es un recuerdo: es una fuerza viva, afinada, cuidada y compartida como solo se comparte lo que se quiere.
Ubicada en plena milla de oro gastronómica del Retiro, Taberna & Media es su proyecto más íntimo y auténtico. Un lugar donde el tapeo de siempre se reinterpreta con técnica, sensibilidad y una enorme dosis de cariño. Barra o comedor, tú decides: en ambos late la misma filosofía, una que coloca al producto de proximidad en el centro y apuesta por una cocina honesta que no necesita disfraces. Aquí no hay artificios: hay sabor, memoria y respeto absoluto por lo que se sirve.
Hazte un hueco, siéntate y pide una copa. Su carta de vinos, equilibrada y bien pensada, es la mejor manera de bajar revoluciones y entrar en ese ritmo pausado que pide la casa. Porque en Taberna y Media todo invita a parar, a saborear, a disfrutar sin prisas.
Y entonces, sí: empiezan los fuegos artificiales gastronómicos.
Los torreznos de Fuentidueña llegan con ese crujido que podría ser, perfectamente, el inicio de la Navidad. Las bravas cremosas de Alejandro —homenaje familiar, plato de emoción pura— son un villancico disfrazado de buñuelo: suaves, cálidas, sorprendentes.


Las setas shiitake salteadas con alioli de miel tostada aportan un contraste perfecto entre dulzor y umami, ese bocado reconfortante que te hace amar el invierno.

Y si quieres tocar el cielo, entonces lánzate al pulpo salteado con alcachofas, ajos tiernos y habitas baby. Es uno de esos platos que te obligan a parar, a bajar los cubiertos, a cerrar los ojos… y a dar las gracias.

Por favor: guarda sitio para el postre. La tarta de queso de Taberna y Media es pura suavidad, puro equilibrio, pura caricia. La clase de postre que recuerdas días después.

Entre plato y plato, deja que el espacio también te abrace: ladrillo visto, luz cálida, un ambiente que te incluye sin imponerse… No hay diseñador estrella detrás, pero sí algo mucho más valioso: la sensibilidad de quien cocina y recibe con memoria, oficio y corazón. Y eso, créeme, se nota.

Estas Navidades, regálate, comparte o regala un rato en Taberna & Media.
No solo vas a comer: vas a vivir la historia de una familia que ha convertido su taberna en un pequeño milagro madrileño, un lugar donde la tradición se celebra, el producto se respeta y el sabor emociona.
A mí me encantó. Y sí, se nota. ¿Verdad?
